El pequeño niño sirio murió al naufragar la embarcación en la cual huía de Medio Oriente
A principio del mes de septiembre de 2015 una poderosa y desgarradora fotografía le dio la vuelta al mundo. En la imagen un niño de tres años yace boca abajo a orillas de una playa, parece dormido. En realidad, el pequeño de nombre Aylan Kurdi, murió junto a su madre y hermano al naufragar la lancha inflable en la cual pretendían escapar de Siria y buscar un mejor futuro en Europa.
Debido a la guerra y la constante amenaza del Estado Islámico en Siria muchas familias han sido forzdas a migrar en busca de mejores condiciones de vida y nuevas oportunidades para ganarse la vida libres de terror y amenazas. El pequeño Aylan ha pasado, tristemente, a ser un ícono mundial de aquellos quienes huyen de Medio Oriente y no pocas veces , de manera paradójica, encuentran la muerte en búsqueda de una vida mejor.
Como bien sabemos, el arte no puede ser ajeno a la realidad pues el artista se retroalimenta de ella e intenta compartir su sensibilidad a través de sus creaciones. Ante la imagen del pequeño Aylan artistas de todo el mundo se han dado a la tarea de plasmar en pintura, grafiti o fotografía su particular visión del problema mundial de la migración.
Dichas expresiones artísticas, a la vez homenaje al pequeño y denuncia de un problema global, retratan en algunos casos la inocente y a la vez desgarradora imagen del pequeño de tres años combinada con elementos fantásticos como ángeles, animales marinos tristes o juguetes los artistas muestran la inocencia infantil, la irracionalidad humana o la indiferencia de la sociedad actual ante la tragedia ajena.
Un ejemplo de lo anteriormente descrito es la escultura de arena creada por el artista indio Sudarsan Pattnaik en la playa de Puri, este de la India. La colosal figura de arena se inspira en la figura de Aylan Kurdi, a los pies de su creación el artista escribió la leyenda Humanidad arrojaos a la costa. Vergüenza, vergüenza, vergüenza.
El papel del arte como instrumento de denuncia así como para hacer visibles los problemas del ser humano es un contrapeso a la dolorosa realidad, así como un detonante de la sensibilidad de los espectadores y una invitación a no permanecer indiferentes. Es prudente recordar que si bien el ser humano es capaz de los crímenes más atroces posee, de igual manera, la capacidad de crear y apreciar la belleza.
Por Alejandro Barragán
