The Crown es una serie creada por Peter Morgan, se dice que es la serie más costosa hasta la fecha, al rededor de 100 millones de dólares, y es definitivamente la joya de Netflix.
Se centra en la vida de la Reina Isabel II de Inglaterra y la historia mundial que ha tenido lugar a lo largo de su extenso reinado, se ha adaptado maravillosamente y no falta el drama, castillos, conflictos, cambios sociales; sobre todo, los retos de una mujer convertida en reina a los 25 años. Es un éxito majestuoso, seductor y digerido fácilmente, de la que tienen contempladas 5 temporadas más de 10 episodios.En la primera temporada de esta ambiciosa serie, vemos a Elizabeth, interpretada de manera magistral por la maravillosa Claire Foy, en el altar con su amado, Philip Mountbatten (Matt Smith, atrevido y vagamente siniestro), y planeando una larga vida como esposa de un oficial de la Marina hasta que finalmente ascienda al trono. Sin embargo, ese día llega mucho antes de lo esperado, cuando Elizabeth tiene apenas 25 años. Su padre, el rey George VI (Jared Harris), muere de cáncer de pulmón, y la vida que Elizabeth y Philip habían planeado cambia por completo.
John Lithgow como Winston Churchill hace para algunos de los mejores momentos en The Crown, sin embargo creo que la serie dibuja a este gran personaje de la historia mundial (y mi favorito) demasiado cansado y un poco fuera de la realidad en esa etapa de su vida.
De lo más emotivo de la serie pertenece a la hermana de Elizabeth, la princesa Margaret, interpretada por Vanessa Kirby, un talento que sin esfuerzo manda en casi todas las escenas en las que aparece. El romance condenado de Margaret con Peter Townsend (Ben Miles) nos llena de impotencia al ver lo dificil que resulta unir el verdadero amor en las monarquias, sobre todo en la británica.
Creo que me extendí mucho en esta reseña, pero es por el simple hecho que me fascinó, quedé totalmente enganchada a la trama y esperando con mucha ilusion la siguiente temporada.
Que la disfrutes!
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