La pareja se ha dado el ‘sí, quiero’ rodeada de familiares y amigos en Ciudad de México. Silvia Gómez-Cuétara no se ha perdido la boda de su hijo.
Ramón Hermosilla y Karla Covarrubias ya son marido y mujer. La pareja se ha casado este sábado en un antiguo convento situado en el centro histórico de Ciudad de México. La conocida chef mexicana ha escogido para este día tan especial un original look nupcial: un conjunto de top y falda en lugar del clásico vestido. El dos piezas también ha distado bastante de tener las líneas de un estilismo clásico de novia. De color champán está formado por una falda de varias capas de tul y un top de cuello redondo y manga larga. Lo lleva con un velo bordado también dorado sobre su pelo en un recogido bajo. Adorna su frente con el detalle más llamativo, una gran perla en forma de lágrima. Ha restado barroquismo con un sencillo ramo de espigas. El novio ha lucido esmoquin azul con pajarita.
De esta forma, se han dado el ‘sí, quiero’ la chef y el hijo de Silvia Gómez-Cuétara y el abogado Ramón Hermosilla.
Aunque por el momento solo hemos visto algunas imágenes de los novios y de la boda compartidas por los invitados a través de las redes sociales, se ha desvelado el look de la madre del novio, uno de los grandes secretos de esta gran boda mexicana. La heredera del imperio Cuétara ha lucido un traje azul marino largo con silueta de sirena. Un vestido de manga francesa con escote asimétrico, que ha llevado con salones dorados de plataforma. En contraste ha lucido un tocado naranja en su pelo recogido.
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Es lógico pensar que junto a ella ha estado su pareja Juan Antonio Pérez-Simón, el empresario asturiano mano derecha del mexicano Carlos Slim, que podría ser uno de los invitados de esta boda que ha unido a la élite mexicana con la española. Desde España han viajado a México Marta Ortega y Carlos Torretta, buenos amigos de los novios. A ellos se han unido Isabelle Junot con su marido Álvaro Falcó, los hermanos Cortina, Carlos y Felipe, con sus parejas, Amelia Millán y Clara Vega-Penichet, y otras amigas del novio como Vega Royo-Villanova, Marta Ordovás y Priscila Pérez Pla de Alvear.
Juntos han festejado este gran día en el antiguo las Vizcaínas, el primer colegio laigo para mujeres del continente, convertido en un exclusivo lugar donde acude la jet para sus celebraciones. Un edificio barroco como el lugar elegido por los novios para compartir con sus invitados este gran momento. Ha habido baile nupcial, unas sevillanas del novio y su madre, un segundo vestido de novia, blanco, suelto y con flecos en las mangas, y mucha felicidad y diversión; ningún contratiempo de último momento como el que obligó a cambiar el escenario de la fiesta prenupcial. Una anécdota de una de las grandes bodas de la temporada.
Fuente: Vanity Fair
