Sus muros vieron pasar más de ochocientos años de historia.
Es tan triste saber que Notre Dame sobrevivió cosas peores, incluyendo a la revolución francesa y dos guerras mundiales, pero no pudo sobrevivir a nuestra época. Me queda en la memoria, haber conocido su grandeza, y que durante un mes pude verla desde mi balcón en Paris.
El lugar en el que se alzaba la catedral de Notre Dame tiene una larga historia. Siglos antes de que se construyera el templo estos ya eran terrenos sagrados, donde celtas y romanos llevaron a cabo ceremonias religiosas.
Se necesitaba un templo en honor a la Virgen María que fuera la iglesia principal de la ciudad y que reflejara el espíritu y los valores de la época. Pero para que su fama se extendiera, debía estar en un lugar urbano, lo más céntrico posible. ¿Cuál podría ser ese lugar? El solar que ocupaba la iglesia de Saint-Etienne.
Fue construida entre 1163 y 1245 en la Île de la Cité, la Catedral de Notre Dame de París, y era uno de los templos góticos más antiguos del mundo.
Posteriormente, la catedral fue alterada en el reinado de Luis XIV, en concreto los sepulcros y vidrieras, que fueron sustituidos por elementos del Barroco. Luego se añadieron pinturas de gran formato que se fueron esparciendo por las paredes. «
En 1804 Napoleón se corona a sí mismo en este lugar. Otros hechos destacados de la historia de esta catedral son la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra.
Las 54 gárgolas de Notre Dame, esos extraños seres de piedra que vigilan toda la ciudad desde las cornisas de las torres de la catedral y han sido protagonistas de varias historias e incluso de varias películas. Fueron testigos, y victimas de las llamas que hoy, se llevan un icono de la arquitectura gótica y de la fe católica.
