Definitivamente este restaurante no es sólo un spot para ver y dejarse ver, sus platillos son de la más alta calidad en cuanto a comida mexicana se refiere. Nos tocó el mesero Amadeus a quien recomiendo mucho, en general todo el equipo de la Buena Barra Polanco son profesionales dedicados para que tengas una grandiosa experiencia cada vez que los visitas.
Cada platillo es elaborado con arte mexicano. Te reciben con totopos y cinco tipos diferentes de salsas mexicanas que van de menos a más picor: desde un pico de gallo, que es la más ligera, hasta una salsa de chiles toreados para valientes. Mi favorita fue la salsa de zanahoria y chile habanero. Mientras revisas el menú, te sirven una pequeña degustación de un rico caldo de camarón de la casa.
Para los que les gusta la carne, hay que destacar la Barbachera, la cual consiste en piezas del corte de la arrachera, con la peculiaridad que se prepara con las técnicas de la barbacoa. Mis amigos y yo pedimos cada uno el pulpo a las brasas que puede ser para compartir, porque es generosa la porción, tan suave y jugoso. Otro platillo insignia es el corte de rib eye sobre la piedra de sal hirviente. Para acompañar, el guacamole y las papas a la francesa son un mangar, generosas porciones como se debe.
Para los amantes del chocolate recomiendo absolutamente su Pastel 24 Capas, es un gigante bizcocho de cocoa, betún de Nutella y ganache de chocolate semi-amargo. Coronado con frutos rojos. Es la mejor elección si van en grupo y desean compartir. Si desean una porción individual ( también son grandes las porciones), vale la pena el Volcán y el Cheesecake de leche, simplemente deliciosos!
Aunque sí debo mencionar que hubo una mesera de cocteles que tenía actitud malhumorada, pero una persona no opaca su comida deliciosa, su ambiente relajado y chic, así como una vista privilegiada de la avenida más lujosa de CDMX.
